Durante la segunda mitad del siglo XIX, en Europa se dieron profundos cambios en los campos económico, político y social.
En el aspecto político, el mundo europeo se vio conmocionado por varias guerras y revoluciones que llevaron, por ejemplo, a la caída de la monarquía en Francia después de la derrota ante el ejército de Prusia, en la guerra Franco – Prusiana de 1870. Además, paralelamente a esto, surgieron dos nuevos estados al unificarse territorios que por muchos años estuvieron divididos, es el caso de Alemania e Italia.
En lo económico, se estaba en la Segunda Revolución Industrial y el comercio crecía conforme aumentaba la actividad de este sector, por esto, la competencia entre las potencias europeas por el dominio de nuevos mercados era cada día más fuerte.
Es en este contexto que surgió el imperialismo, que fue una política de expansionismo territorial y de dominio económico que caracterizó a las potencias europeas entre 1870 y 1914. Las potencias europeas se lanzaron en una carrera desenfrenada por conquistar nuevos territorios en los continentes donde la presencia europea aun era muy reducida, específicamente Asia, África y Oceanía. Para ello tuvieron que recurrir, en la gran mayoría de los casos, al uso de la fuerza armada.
El dominio sobre los nuevos territorios conquistados lo ejercieron las potencias de varias maneras. En algunos casos, el control que establecían era de tipo económico y político, dándole a los territorios diferentes categorías como colonias, protectorados, mandatos, virreinatos, etc. En todos los casos existían en estos territorios funcionarios de la metrópoli encargados de la administración política y económica. Esto fue más común en Asia y África, continentes que a principios del siglo XX estaban casi totalmente dominados por los países europeos. La única excepción en África fueron Liberia y Etiopía, que mantuvieron su independencia.
La otra forma de dominación fue a través del control económico impuesto sobre naciones independientes. Esto se dio principalmente en los países latinoamericanos, y es lo que ha llegado a llamarse Neoimperialismo.
Causas Del Imperialismo
Con relación a las causas del surgimiento del imperialismo, encontramos con las principales a las siguientes:
Económicas
Con el gran desarrollo industrial alcanzado a finales del siglo XIX, los países europeos vieron la necesidad de expandir su dominio sobre el mundo con el objetivo de someter territorios de donde pudieran obtener materias primas baratas (lana, algodón, sedas, alimentos), combustibles (hulla, petróleo), y sobre todo, un mercado estable para sus productos industriales.
El mercado mundial se había ampliado debido a las mejoras en los medios de comunicación y de transporte. El desarrollo de nuevas técnicas de navegación y de barcos más potentes y seguros favoreció la expansión marítima. Igualmente, el desarrollo de la red ferroviaria facilitó la explotación de muchas regiones que habían estado hasta el momento aisladas, de manera complementaria, el telégrafo facilitó las comunicaciones, permitiendo la obtención de información rápidamente para tomar las decisiones pertinentes en el momento adecuado.
El imperialismo se enmarca dentro de la dinámica del sistema capitalista, en el cual como parte de la expansión mercantil se da la competitividad por el control de mercados y la necesidad de invertir capital en los nuevos territorios conquistados. Dentro de esa dinámica capitalista, se conformó una División Internacional del Trabajo, en la cual cada país integrado en el mercado capitalista cumple una función específica, por ejemplo, algunos países son abastecedores de materias primas, mientras otros se dedican a la elaboración de productos industriales. En esa división del trabajo, Asia, África, América y Oceanía fueron integrados en forma violenta por las potencias colonialistas.
De manera paralela, las inversiones de capital eran generalmente más rentables en las colonias que en las metrópolis, sobre todo en el campo de la minería y de los cultivos de plantación como café, banano, tabaco, té y algodón, entre otros. Esto por cuanto en las colonias los salarios eran más bajos y los gobiernos daban ventajas a las compañías para que invirtieran. De esta forma empiezan a surgir empresas monopólicas organizadas en trusts y cartels, las cuales adquirieron territorios que proporcionaban la materia prima. El cartel es una agrupación de empresas que, conservando la individualidad, tienen como fin principal la supresión de la competencia en el mercado, ejemplos son la Shell y la Royal Dutch, mientras que los Truts con grandes corporaciones que integran todos los pasos y subproductos de un bien o servicio para entregarlo como un paquete completo, tal es el caso de General Electric o General Motors
Sociales
Con el desarrollo industrial en los países europeos se dio un crecimiento acelerado de la población, al punto de que gran cantidad de personas se encontraban sin empleo y viviendo en condiciones infrahumanas. Esto estimuló un proceso migratorio de muchas de esas personas hacia las colonias donde pudieran encontrar un futuro mejor. Paralelamente, los obreros que se mantuvieron en los países poderosos, mediante luchas, lograron mejorar en alguna medida sus condiciones de trabajo, al conseguir mejoras en los salarios, disminución de la jornada laboral o la promulgación de legislación laboral propiamente dicha.
Políticas
En esto, el nacionalismo cumplió un papel fundamental. Cada una de las potencias europeas necesitaban mostrarle a las demás su poderío económico y político. Una forma de hacerlo era a través del dominio de tierras lejanas en África y Asia. El sentimiento nacionalista los guiaba a mostrar su supremacía mediante la posesión de nuevas colonias. Una potencia no podía considerarse tal si no tenía posesiones coloniales.
Se puede agregar, que para mantener su prestigio como potencia, ninguno de los países quería quedarse atrás en la conquista de nuevas colonias para hacer más grande su respectivo imperio. En esto también influyó las ideas de que el hombre blanco era superior y debía extender su dominio a todo el mundo y llevar la civilización a los pueblos atrasados. Dentro de esto, una de las manifestaciones más claras lo constituye la Doctrina del Destino Manifiesto, proclamada en E.U.A. en la década de 1850, en la que se afirmaba que era deber de Estados Unidos “civilizar” a los países retrasados, y para esto, en la mayoría de los casos, se hacía necesario conquistarlos.
El Espíritu Misionero Y La Investigación Científica
Tanto el catolicismo como las religiones protestantes mantienen el ideal de expandir la fe cristiana por medio de las misiones a los pueblos paganos. Esto motivó un sinnúmero de expediciones que, aunque tenían el objetivo de evangelizar a los no creyentes, dieron un gran aporte al desarrollo de la empresa colonialista de las potencias europeas, pues en sus viajes los misioneros descubrieron muchos territorios nuevos que pasaron a formar parte del imperio colonial del país al cual pertenecían los religiosos.
De la misma manera, muchos científicos se internaron en los territorios asiáticos y africanos con el fin de realizar investigaciones científicas y explorar las tierras aun desconocidas. Esto contribuyó igualmente a aumentar el territorio colonial de las potencias.
John Speke fue uno de los muchos exploradores que recorrieron el continente africano y contribuyendo a ampliar el dominio colonial de Inglaterra sobre África. A él se debe el descubrimiento del lago donde nace el río Nilo, el cual llamó lago Victoria, como una forma de rendir homenaje a su reina. Por otra parte Henry Stanley, recorrió gran parte del continente africano buscando al famoso explorador David Livingstone.
Justificación Del Imperialismo
Se utilizaron diferentes argumentos para justificar el imperialismo. Por ejemplo, Gobineau y Chamberlain defendieron la idea de la desigualdad original de las razas humanas y la superioridad de la raza blanca, la cual estaba predestinada para conquistar y civilizar al mundo, pues los pueblos primitivos no podían gobernarse a sí mismo.
También se utilizaron ideas tomadas del darwinismo para defender el imperialismo, por ejemplo, la selección natural, que establece la sobrevivencia del más fuerte, y legitima de esta forma el uso de la fuerza contra los pueblos débiles.
Inspirados en esos postulados, algunos personajes impulsaron en sus respectivos países la política imperialista. Uno de ellos fue Jules Ferry, un intelectual francés que hizo énfasis en el deber de Occidente de civilizar y educar a los pueblos atrasados. Otro fue Cecil Rhodes (británico), quien organizó varias empresas colonizadoras en África, y entre otras cosas, afirmaba que las colonias eran necesarias para llevar ahí la población pobre y descontenta y evitar así la guerra civil. En este ámbito, también destacaron el rey Leopoldo II de Bélgica y el presidente de E.U.A. Teodoro Roosevelt.
Imperialismo en Asia
China
Políticamente estaba muy debilitado, el poder del emperador cada vez era más reducido. Para mediados del siglo XIX el país estaba completamente cerrado a los extranjeros y únicamente se permitía el comercio exterior a través de un solo puerto. Por esto, los ingleses y estadounidenses recurrían al contrabando, comprando té, algodón y porcelanas y vendiendo opio.
En 1838 el emperador prohibió la venta de opio, esto ocasionó que Inglaterra (principal vendedor de opio) le declarara la guerra con China, conflicto que se conoce como la Guerra del Opio, que se desarrolló de 1840 a 1842. Inglaterra ganó el conflicto, el que finalizó con la firma del Tratado de Nankín, en el cual se establecía la apertura de 5 puertos al comercio exterior y la entrega del territorio de Hong Kong al Reino Unido. Posteriormente se abrieron 11 puertos más, quedando China bajo el dominio económico de los europeos.
Japón
Al igual que en el caso de China, Japón permaneció por muchos años cerrado al mundo exterior. Pero en 1853 el Comodoro Perry, de la Marina de los Estados Unidos, obligó con la fuerza de las armas a que los japoneses abrieran sus puertos al comercio exterior.
Pero para el año 1868 se dio una revolución interna en Japón, gracias a la cual el emperador recuperó el poder que había perdido desde hacía varios siglos, estableciéndose lo que se ha llamado Dinastía Meiji (desarrollo). Además, el monarca se empeñó en modernizar al país, mejorar el sector agrícola y fomentar la industria. Todas esas metas fueron cumplidas y Japón empezó a tener un gran desarrolló económico. Esto le permitió convertirse en un país imperialista, y poco a poco se fue apoderando de varios territorios como Formosa (Taiwán), Corea y algunas partes de China.
Indochina
Las potencias se interesaron en dominar la península de Indochina por su posición estratégica, pues se ubica en un punto de confluencia de rutas comerciales, pues se encuentra entre China y la India. Además, posee grandes riquezas en maderas, minerales, seda, etc.
Poco a poco los reinos como Camboya, Laos, Birmania y Vietnam fueron cayendo en manos de los franceses e ingleses. Únicamente Siam (hoy Tailandia) se mantuvo independiente.
India
Una de las colonias más importantes que mantuvo Inglaterra en Asia fue la India, un inmenso territorio con muchas riquezas que estaba en manos británicas desde el siglo XVII.
Indochina
Este conjunto de islas fue dominado por Holanda, razón por la cual al territorio se le dio el nombre de Indias Holandesas.
Imperialismo en África
Fueron los portugueses los que desde el siglo XV establecieron las primeras explotaciones en tierras del centro y sur de África, desconocidas hasta ese momento. Estas explotaciones fueron de carácter costero, es decir, no penetraron tierra adentro.
Otros países coloniales fueron Portugal que conquistó Mozambique y Angola, Bélgica que conquistó el Congo Belga, Italia que dominó Libia y Alemania que dominó por algún tiempo Camerún y África del Sudoeste (Namibia).
En el siglo XIX, son los franceses los que inician el proceso de conquista de los territorios interiores del continente, comenzando con algunos países de la costa del Mar Mediterráneo como Argelia, Marruecos y Túnez; luego continuaron con la expansión hacia el resto del continente, dominando territorios del África tropical como Senegal, Guinea, Congo francés, Togo, etc.
Por su parte, el Reino Unido también dominó extensión territorios Áfricanos como Sudán, Kenia, Uganda, Nigeria, Sudáfrica, etc. A tal grado llegó la conquista de territorios, que para finales del siglo XIX el Imperio Británico era el más grande de todos, comprendiendo la quinta parte de la superficie terrestre, y dominando la cuarta parte de la población mundial, con sus colonias en Asia, África, Oceanía y América.
Congreso de Berlín
En el año de 1885 se reunieron en la capital de Alemania los representantes de las potencias colonialistas europeas, con el fin de establecer las reglas para el proceso de conquista y delimitar los territorios de cada una de ellas. Como las principales zonas en disputa estaban en el continente Áfricano, buscaron una solución de consenso y por común acuerdo entre las potencias, el continente fue totalmente dividida entre ellas. A esto se le conoce como el reparto de África.
Los países colonialistas más destacados fueron Inglaterra, Francia, Bélgica, Alemania, España, Portugal, Holanda e Italia.
Imperialismo en América
En el continente americano quedó aparte del reparto colonial europeo, con las excepciones de las islas Malvinas que pasaron a manos de Inglaterra, y México que fue invadido por los franceses. El imperialismo británico y francés se hizo sentir en el resto del continente pero en los campos económico y cultural.
La gran potencia que estaba en crecimiento en América era los Estados Unidos. Conforme fue creciendo la actividad industrial, se fue desarrollando el proceso de expansión territorial, obteniendo nuevas tierras ya sea comprándolas o adueñándose de ellas luego de una guerra. Entre los territorios que compró están Luisiana (a Francia en 1803), Florida (a España, 1819), Oregon (a Inglaterra, 1846) y Alaska (a Rusia en 1867). Entre 1846-1848 se desarrolló la guerra contra México, después de la cual E.U.A. se apoderó de la mitad del territorio de ese país, tomando posesión de territorios como Texas, Nuevo México, Arizona, California.
La conquista del oeste fue una de las grandes empresas colonizadoras en los E.U.A. Millares de colonos atravesaron el territorio estadounidense, ocupando poco a poco las grandes llanuras centrales, las tierras semiáridas del oeste, y finalmente la costa del Pacífico, donde el descubrimiento de oro atrajo a miles de personas. En este proceso, los indígenas fueron despojados de sus tierras y se les exterminó.
A finales del siglo XIX Estados Unidos entró en guerra contra España, a la cual venció, adueñándose de los territorios de Puerto Rico, Cuba, Filipinas y Guam.
Poco a poco, los E.U.A. lograron establecer su dominio económico sobre los países latinoamericanos.
Consecuencias Del Imperialismo
Económicas
Los beneficios económicos de las explotaciones en las colonias van a parar a las metrópolis. Las colonias fueron totalmente explotadas, por ejemplo, se les prohibió desarrollar su propia industria para que no compitieran con la metrópoli, a los nativos se les despojó de sus tierras, la economía tradicional de estos fue destruida para implantar cultivos comerciales, y las colonias cayeron en el monocultivo.
Sociales
En algunos casos, poblaciones enteras fueron arrasadas en las guerras de conquista. Los nativos fueron totalmente discriminados, y únicamente se les daban puestos inferiores en la administración. En las ciudades se crearon barrios especiales para los funcionarios de la metrópoli, mientras el resto del pueblo vivía en malas condiciones.
También hubo beneficios, se introdujeron mejoras en la salud que beneficiaron a los nativos y se mejoraron los medios de comunicación y transporte.
Culturales
El desarrollo de las civilizaciones nativas fue detenido, y en algunos casos, prácticamente su cultura fue destruida. El acceso a la educación era solo para los hijos de los funcionarios de la metrópoli; solo algunos cuantos nativos tuvieron acceso a escuelas y universidades.
Políticas
La dominación y discriminación que sufrían los habitantes autóctonos de las colonias, provocó el surgimiento de un fuerte sentimiento nacionalista que condujo al desarrollo de movimientos en contra del dominio colonial.
martes, 29 de septiembre de 2009
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