Causas
Esta guerra, se desarrolló entre los años 1914-1918, fue el producto de la conjugación de una serie de factores que estaban en juego a principios del siglo XIX en el campo económico, político y social, tanto en Europa como en el resto del mundo.
Primero que todo, el desarrollo industrial y la política imperialista de las potencias europeas generaron tensiones y rivalidades en un mundo en el que no quedaba nada por repartir en el ámbito de mercados y colonias. Las potencias rivalizaban por territorios, tanto en Europa como en Asia y África. Por ejemplo, en Europa, el Imperio Austro - húngaro y el Ruso disputaban con el Imperio Turco el dominio sobre la península de los Balcanes.
Por otro lado, el nacionalismo extremo se vivía en las grandes potencias y también en los pequeños países sometidos éstas. En las potencias, los partidos y la prensa exaltaban la superioridad de su país frente a los demás y la opinión pública compartía estos sentimientos. En cambio, en los pequeños países europeos dominados por los grandes imperios los deseos de independencia y mayores beneficios cobraban cada vez más fuerza.
El principal foco de tensión en Europa era la Península de los Balcanes, donde los tres imperios ya citados disputaban el dominio de la región. A su vez, entre los diferentes pueblos eslavos que habitan la península empezaba a surgir un sentimiento nacionalista que los impulsaba a luchar contra el dominio de las potencias. A este movimiento se le llamó el “paneslavismo”, que pretendía unificar a los diferentes pueblos eslavos de la península en una lucha común contra sus opresores. Servia era el principal impulsor de estas ideas, pues mantenía la esperanza de crear un imperio eslavo en el cual ella sería la cabeza. Otros estados de la península eran Montenegro, Bosnia - Herzegovina, Rumania, Bulgaria y Albania.
Las potencias europeas quisieron aumentar su armamento como una forma de mostrar su poderío. Se inició así una carrera armamentista en la que cada país gastó cantidades enormes de dinero para tener las mejores armas y los ejércitos mejor preparados. Por eso a esta época se le llamó la “paz armada”.
Todo esto generó un aumento de la tensión internacional, lo cual motivó a los países a integrarse en un sistema de alianzas que más adelante jugaría un papel muy importante en el desarrollo de la guerra. Este sistema de alianzas fue impulsado por el canciller alemán Otto von Bismarck en momentos en que surgían en Europa dos nuevos países unificados: Alemania e Italia. Es por eso que a ese sistema diplomático internacional de fines del siglo XIX y principios del XX se le conoce como el sistema bismarckiano, en el cual el papel de Alemania fue de gran relevancia, pues se había convertido en ese momento en una gran potencia industrial.
Las dos potencias que tenían mayor interés por extender su dominio territorial sobre algunas zonas de Europa eran Alemania y Austria - Hungría. El recién creado Imperio Alemán estaba gobernado por el káiser Guillermo II, quien tenía fuertes ideales expansionistas, pues en el reparto colonial del mundo Alemania había llegado tarde. Uno de sus principales rivales era Francia.
Por su parte, el Imperio Austro - Húngaro, gobernado por Francisco José I, dominaba gran parte de los territorios del centro de Europa y de la zona de los Balcanes. Sus afanes expansionistas se orientaban hacia ésta última zona.
Estos dos países junto con Italia formaron la Triple Alianza.
Por su parte, Francia e Inglaterra también tenían intereses expansionistas pero no sobre Europa, sino en Asia y África. Pero, necesitaban también mantener su status de potencia continental sobre Europa, razón por la cual, aunque ellas dos eran rivales en la expansión colonial, las unía el temor ante el creciente poder e interés expansionista de Alemania sobre Europa y África. Estas dos potencias formaron junto con Rusia la Triple Entente.
Este sistema de alianzas fue el que en última instancia llevó al estallido de la guerra, pues los pactos implicaban la ayuda militar mutua en casos de agresión a alguno de los países firmantes.
El hecho que desencadenó la guerra fue el asesinato del Archiduque Francisco Fernando (heredero al trono de Austria - Hungría) y su esposa en la ciudad de Sarajevo, capital de Bosnia - Herzegovina, en manos de un nacionalista servio, el 28 junio de 1914. El emperador austríaco, Francisco José I, exigió el permiso de Servia para que la policía austríaca investigara el asesinato y exigió también que se acabara con los movimientos nacionalistas y terroristas. Como la respuesta dada por Servia no fue de la satisfacción del emperador, Austria - Hungría le declaró la guerra, contando con el apoyo de Alemania. Rusia entró en defensa de Servia (ambos países eslavos) y con ella entraron en la guerra sus aliados Francia e Inglaterra.
Desarrollo de la Guerra
Desde el principio de la guerra, se configuraron dos bloques claramente definidos. Por un lado, el de los Imperios Centrales, que incluía a Alemania, Austria - Hungría, Turquía y Bulgaria. El otro es el de los Aliados, con Inglaterra, Francia, Rusia, Bélgica, Japón, Italia (aliada de Alemania antes del inicio de la guerra), Rumania, Grecia y Estados Unidos (que entró tarde en la guerra).
La guerra se desarrolló principalmente en territorio Europeo, aunque hubo enfrentamientos también en los mares, las colonias de Asia, África y el Pacífico. Inicialmente fue una guerra de movimientos, es decir, los ejércitos avanzaban hacia territorio enemigo con el fin de tomar nuevas posiciones y conquistar terreno. Luego se realizó la guerra de trincheras.
Se combatió básicamente en dos frentes, el francés u occidental y el ruso u oriental. En el frente occidental, inicialmente los alemanes obtuvieron la victoria al apoderarse de Bélgica y desde ahí atacaron a Francia. Entre 1915 y 1917 se desarrolló la guerra de trincheras, con la cual los ingleses y franceses lograron evitar el avance alemán.
En el frente oriental, los alemanes y austríacos, con la ayuda del Imperio Turco, lograron apoderarse de los Balcanes y detener a los rusos.
En las colonias, los Aliados lograron expulsar a los alemanes de sus colonias del Pacífico y de África. En los mares, la supremacía estaba en la flota inglesa, sin embargo, los alemanes iniciaron el uso de submarinos para hundir tanto barcos de guerra como buques mercantes que comerciaban con sus enemigos. Alemania fue la que empezó a utilizar aviones en la guerra y gases tóxicos.
Durante el transcurso de la guerra hubo cambios en cuanto a los países participantes. Por ejemplo Italia, que al inicio del conflicto bélico estaba unida a los Imperios Centrales por pertenecer a la Triple Alianza, no entró en la guerra a favor de ellos, y más bien en 1915 decidió apoyar a los Aliados. En 1917, Rusia se encontraba sumida en una profunda crisis, que condujo a una revolución en la cual se derrocó el gobierno de los zares y los bolcheviques (comunistas) se adueñaron del poder, motivo por el cual este país se retiró de la guerra.
Uno de los hechos decisivos en la guerra fue el ingreso de los Estados Unidos apoyando a los Aliados. Aunque apoyaba a Francia e Inglaterra, en un inicio no tomó parte en el conflicto bélico y solamente se convirtió en abastecedor de productos industriales y de primera necesidad a los países Aliados, cuya estructura productiva estaba centrada en ese momento en la industria de la guerra.
El gobierno de E.U.A. veía con malos ojos los intentos expansionistas alemanes. Además, consideraba como una provocación los ataques indiscriminados de los submarinos alemanes a los buques mercantes, como fue el caso del trasatlántico “Lusitania”, en el cual perecieron más de 100 estadounidenses. En febrero de 1917 se descubre que los alemanes estaban incitando a los mexicanos a unirse a ellos en la guerra y que atacaran a los E.U.A. Esto motivó al presidente estadounidense Woodrow Wilson a romper relaciones diplomáticas con Alemania y en abril de ese año se declara la guerra contra los Imperios Centrales.
Durante el año 1918 la supremacía de Inglaterra, Francia y Estados Unidos se hará sentir en la guerra, lo cual condujo a la derrota de los imperios centrales. El 11 de noviembre de 1918, Alemania (último país que se mantenía en guerra) firmó el armisticio con el que acabó la lucha armada.
Acuerdos de Paz
En enero de 1919 se reunió la Conferencia de Paz en París, con la participación de representantes de los 27 países vencedores, entre los que destacaron los “Cuatro Grandes”, llamados así por su papel protagónico en el desarrollo de la guerra. Ellos fueron Woodrow Wilson, Presidente de los Estados Unidos; Georges Clemenceau, Primer Ministro de Francia; David Lloyd George, Primer Ministro de Inglaterra, y Vittorio Orlando, Primer Ministro de Italia. En esta conferencia se establecieron los lineamientos generales para la firma de los tratados de paz con los países vencidos.
El presidente Wilson presentó en esta Conferencia su programa de los “Catorce Puntos”, que había propuesto varios meses atrás. El programa proponía la abolición de la diplomacia secreta, libertad de navegación por los mares, reducción de armamento, restauración de la soberanía de los países ocupados por Alemania, independencia de los pueblos dominados por el Imperio de Austria - Hungría, restitución a Francia de los territorios de Alsacia y Lorena, creación de un estado polaco independiente, creación de la Sociedad de las Naciones, y otras más.
En junio de 1919 se firmó el Tratado de Paz de Versalles, que establecía la paz con Alemania. En este tratado Alemania fue declarada culpable del conflicto, y se le obligó a entregar los territorios de Alsacia y Lorena a Francia, entregar todas sus colonias, reducir su ejército y pagar una fuerte indemnización de guerra a los países vencedores. Todo esto significó para Alemania una fuerte humillación, además de que quedó en condiciones económicas lamentables. Esto será en parte una de las causas de la Segunda Guerra Mundial.
Durante 1919 y 1920 se firmaron tratados de paz con los demás países vencidos: Tratado de Saint Germain con Austria (setiembre de 1919), Tratado de Neuilly con Bulgaria (noviembre de 1919), Tratado de Trianon con Hungría (junio de 1920) y Tratado de Sèvres con Turquía (agosto de 1920).
Consecuencias
Repercusiones económicas y sociales
La guerra significó la muerte de aproximadamente 13 millones de personas; dejó inválidos, mutilados y enfermos a unos 15 millones de seres humanos e igual cantidad de huérfanos y viudas. Regiones enteras fueron devastadas.
Las pérdidas económicas en todos los países participantes fueron exorbitantes. Los gastos de guerra ascendieron a $338.000.000, teniendo los países beligerantes que acudir a los préstamos, lo cual significó que quedaron muy endeudados.
Durante la guerra las mujeres tuvieron que reemplazar a los hombres en las oficinas y fábricas, por lo cual se les concedió el derecho al voto y a ser elegidas en Gran Bretaña y otros países.
Los obreros obtuvieron el reconocimiento de sus derechos y mejoras notables en sus salarios y jornadas de trabajo.
Políticas
el ámbito internacional, en Rusia, Alemania, Austria - Hungría y Turquía desaparecen los sistemas monárquicos, dando paso a gobiernos republicanos. El Imperio de Austria - Hungría se dividió en varios estados, entre ellos Austria, Hungría y Checoslovaquia (formado por varios territorios del antiguo imperio). Otras nuevas naciones que surgieron fueron Finlandia, Estonia, Letonia, Lituania (separadas de Rusia) y Yugoslavia (formada por la unión de Servia, Montenegro, Bosnia - Herzegovina y otros territorios balcánicos del antiguo imperio Austro - Húngaro). Polonia, que había desaparecido siglos atrás en manos de Rusia, Austria y Alemania, volvió a surgir como estado independiente.
Por otro lado, los vencedores se repartieron las posesiones de los vencidos, especialmente las colonias alemanas en Asia y África. De esta manera, gracias a los tratados de paz, Francia e Inglaterra siguieron manteniendo su poderío en Europa y el resto del mundo.
Por su parte, Estados Unidos, que hasta el momento había estado encerrado en sí mismo, empieza a perfilarse mundialmente como una potencia. Gracias a su apoyo económico se dio la reconstrucción de Europa. Por iniciativa del presidente Wilson se creó un organismo llamado la Sociedad de las Naciones, cuyo objetivo principal era evitar las guerras en el futuro, a través de la discusión pacífica entre los pueblos para solucionar los problemas. Su sede se estableció en Ginebra. Este organismo no logró cumplir con sus objetivos, pues carecía de mecanismos para hacer cumplir sus decisiones.
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